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¿Qué es la reconstrucción mamaria y cuándo se recomienda?

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La reconstrucción mamaria es un procedimiento que permite devolver un aspecto relativamente normal a los senos. Es una cirugía que se realiza de diferentes maneras, en función de las condiciones de cada mujer y de la patología de base.

Suele ser necesaria tras una mastectomía por cáncer. La mastectomía es una operación que consiste en extirpar uno o ambos pechos con el fin de tratar o prevenir la patología oncológica de mama.

Por desgracia, el cáncer de mama es uno de los más frecuentes en las mujeres. Además, los senos tienen una importancia notable en la confianza y la autoestima de una persona. Por ello, en este artículo te explicamos todo lo que debes saber sobre la reconstrucción mamaria y cómo se realiza.

¿Por qué se realiza una reconstrucción mamaria?

La reconstrucción mamaria, tal y como hemos explicado en la introducción, es un procedimiento que suele realizarse tras una mastectomía. La mastectomía es una operación que se realiza para tratar o prevenir el cáncer de mama.

La reconstrucción, según afirma la Sociedad Española de Cirugía Plástica Reparadora y Estética, mejora la imagen y facilita la estabilidad emocional de la mujer que ha tenido que enfrentarse a una mastectomía. Además, permite que la actitud frente a la enfermedad sea más positiva y que tenga un menor impacto en lo cotidiano.

Con la reconstrucción mamaria se pretende que la mama vuelva a tener un aspecto natural. La idea es rellenar el hueco o la deformidad que haya quedado tras la mastectomía. También se intenta que ambos senos queden lo más similares posibles. En la mayoría de los casos se vuelve a crear un pezón y una areola para mejorar el resultado.

A menudo se tiende a pensar que la reconstrucción mamaria solo se puede realizar con implantes. Sin embargo, gracias a los avances de la medicina existen cada vez más formas de hacerla. De hecho, se ha incrementado la preocupación y la conciencia sobre la importancia de este tema.

En muchos países, como por ejemplo España, la reconstrucción forma parte del tratamiento del cáncer de mama. En cuanto se realiza el diagnóstico del mismo, ya se suele proceder a planificar la estrategia. Colaboran tanto los oncólogos como cirujanos plásticos para encontrar la mejor solución y el resultado más estético y seguro.

¿Cuándo se puede realizar la reconstrucción mamaria?

La reconstrucción mamaria puede realizarse en casi todas las mujeres que han sido sometidas a una mastectomía. No obstante, esto depende de cómo sean las condiciones de salud de dicha paciente. Sobre todo, el estado del cáncer.

En algunos casos se lleva a cabo durante la misma operación de mastectomía. Se denomina reconstrucción inmediata. Tiene el beneficio de requerir menos ingresos e intervenciones. Además, supone menor impacto psicológico para la paciente.

No obstante, no siempre puede concretarse así. Tal y como explica un artículo del Instituto Nacional del Cáncer, es fundamental considerar si la mujer va a requerir o no radioterapia.

El problema es que la radioterapia provoca complicaciones en la herida, como dificultad para la cicatrización. Sin embargo, hay casos en los que esto no se considera una contraindicación.

El tipo de cáncer también es determinante. Si el cáncer de mama es de tipo inflamatorio, suele ser necesario extirpar mucha piel durante la mastectomía. Por eso puede ser complejo reconstruir en ese momento.

El cáncer de mama es una patología frecuente entre las mujeres y las consecuencias no son solo físicas, sino también psicológicas.

Importancia del asesoramiento médico

El asesoramiento médico tiene un valor fundamental en la reconstrucción mamaria. Como hemos visto en los apartados anteriores, la estrategia suele ser consensuada entre diferentes especialidades médicas.

La paciente debe entender cuáles son las opciones de tratamiento y valorarlas. Hay muchos factores que influyen en el tipo de técnica elegida para la reconstrucción. Por ejemplo, la edad, el tamaño de los senos y la forma. Por supuesto, todo debe valorarse individualmente.

Además, es posible que la mujer prefiera elegir el momento de la reconstrucción mamaria. Algunas desean no realizarla de forma inmediata.

Por otra parte, es importante destacar que los cirujanos plásticos están muy familiarizados con este tipo de intervenciones. Por eso, su criterio suele ser objetivo y muy orientativo sobre el resultado.

Opciones de reconstrucción mamaria

La reconstrucción mamaria puede realizarse mediante diferentes técnicas. Como hemos explicado antes, se intenta encontrar cuál es la más adecuada para cada paciente. En los siguientes apartados te explicamos las principales opciones.

1. Reconstrucción con implantes

Una de las opciones más empleadas para reconstruir las mamas es utilizar implantes mamarios. Según explican los especialistas de la Clínica Mayo, son dispositivos que ayudan a remodelar el seno, dándole volumen. Suelen estar rellenos de solución salina o de gel de silicona.

Muchas veces la colocación de los implantes se realiza de forma inmediata, en la propia mastectomía. No obstante, es frecuente que sean necesarias varias intervenciones subsiguientes. En algunos casos se coloca un expansor en esa primera operación.

El expansor es un dispositivo que permite estirar la piel del pecho. Además, ayuda a hacer hueco para colocar la prótesis en un segundo momento. Este instrumento aumenta de forma progresiva la creación de dicho espacio.

Cuando se haya alcanzado la expansión deseada, se procede a colocar los implantes. Posteriormente, se suele realizar la cirugía para reconstruir el pezón y la areola, que explicaremos más adelante.

2. Reconstrucción empleando tejidos propios

La reconstrucción mamaria se puede realizar utilizando tejidos de otra parte del cuerpo. Se denominan injertos o colgajos. Según explica un artículo de Breast Cancer, el tejido se obtiene de zonas como los muslos, el vientre o los glúteos. Una vez conseguido se utiliza para dar de nuevo forma a los senos.

Al tratarse de un tejido graso de otra parte, puede engordar o adelgazar en función de cómo varíe el peso de la mujer. El principal beneficio es que el resultado suele ser más natural que el de los implantes.

El problema es que deja más cicatrices. Una en el lugar en el que se ha obtenido el tejido y otra en el propio pecho. Además, suelen ser necesarias varias intervenciones.

Por otra parte, no se recomienda realizar esta técnica en mujeres que tengan problemas de circulación sanguínea. Tampoco si son fumadoras, diabéticas o tienen algún tipo de patología del tejido conectivo.

3. Reconstrucción posterior del pezón y la areola

El pezón y la areola son la parte más visible del pecho. La reconstrucción mamaria suele requerir una intervención para reparar estos tejidos. Así se consigue que los senos se parezcan más entre sí. Se intenta igualarlos en posición, forma y tamaño.

La areola suele ser tatuada por un especialista. El pezón, por su parte, puede proceder de la piel de otra parte del cuerpo. Si el otro pezón es grande y se conserva, puede extirparse una pequeña parte para colocarla en el pecho reconstruido.

Incluso, existen técnicas para proyectar un nuevo pezón con la piel de ese mismo seno. De forma general, esta intervención se realiza unos 3 o 4 meses después de la cirugía.

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