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Si me hago hoy un injerto capilar, ¿cuándo luciré ‘pelazo’?

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Las técnicas de trasplante de cabello han avanzado tanto en España que los injertos capilares se han convertido en intervenciones comunes, indoloras y sin cicatriz.

Decía Shakespeare que «aquellos que no tienen paciencia son desgraciados». Sin voluntad de restar valor a las palabras de un grande de la literatura, encontramos que la impaciencia, a veces, no es sino una necesidad vital. En España, el 50% de la población masculina padece alopecia a partir de los 50 años y el 25-30% de las mujeres la sufrirá en algún momento por motivos hormonales, autoinmunes o genéticos, entre otros.

Querer recuperar lo antes posible el cabello perdido y con este, la autoestima, no resulta, pues, reprensible. Con la pérdida del cabello, se nos va también un pedazo de calidad de vida en forma de falta de autoconfianza, ansiedad o depresión, sobre todo en personas jóvenes y mujeres, según prueban varios estudios y corroboran los psicólogos.

Si nos hacemos un injerto capilar en abril, en agosto ya empezaríamos a vernos bien y en octubre tendríamos resultados muy evidentes»

Con el verano a la vuelta de la esquina, la impaciencia queda más justificada, si cabe: queremos aparcar los complejos y, ante todo, comodidad para disfrutar de las anheladas vacaciones. Entonces, si nos hiciéramos hoy un injerto, ¿podríamos lucir cabellera ya en verano?

«Si nos hacemos un injerto capilar ahora, en abril, entre agosto y septiembre ya empezaríamos a vernos bien; en octubre estaríamos notando resultados muy evidentes, y en 12 meses ya obtendríamos los resultados definitivos del trasplante», explica la dra. Alejandra Lozano Calderón, Directora Médica en DHI España.

La intervención. Por una parte, «el trasplante de cabello que llevamos a cabo en nuestra clínica, el método DHI (Direct Hair Implantation), consiste en extraer manualmente el cabello de la corona hipocrática, donde está programado genéticamente para que nunca se caiga. Los folículos, extraídos uno a uno, se implantan cuidadosamente en la zona donde no hay pelo, siguiendo la orientación y densidad natural del cuero cabelludo. Así se logra que el trasplante sea indetectable», explica Lozano.

La duración. Hay varios factores que pueden hacer variar la duración del procedimiento: la amplitud del área a cubrir, si el paciente ya se ha practicado alguna cirugía previa o si tiene antecedentes médicos de importancia. «Habitualmente, nuestros procedimientos duran un día, cuatro horas de extracción, con un descanso para comer y cuatro horas de implantación». Para los casos más complicados, se puede añadir un segundo día de cirugía de entre cuatro y cinco horas.

El dolor. En cuanto a la anestesia que se utiliza, esta es local y permite al paciente estar consciente y relajado en todo momento. Las microinyecciones subcutáneas con las que se suministra en las dos zonas, la donante y receptora, son, a diferencia de otros métodos, indoloras, «no solo por la aplicación de anestesia local, sino gracias al implantador patentado de DHI, que permite insertar los folículos uno a uno sin cortes ni incisiones», añade la Directora Médica de DHI España.

El posoperatorio. Al ser una operación ambulatoria mínimamente invasiva, el paciente puede hacer vida normal a partir del segundo o tercer día después del procedimiento. Al día siguiente, el paciente puede ir a la clínica donde le retirarán el vendaje y le harán un primer lavado. Entre el séptimo y el décimo día, las costras del área implantada caerán, por lo que la cicatrización será muy rápida. Se puede retomar el ejercicio intenso a partir de los 15-20 días.

La aplicación de anestesia local con microinyecciones subcutáneas, y el implantador patentado de DHI, que inserta los folículos uno a uno sin cortes ni incisiones, hacen que esta técnica sea mínimamente invasiva, a diferencia de otros métodos.

Las cicatrices. Tanto las herramientas de extracción como de implantación tienen un diámetro igual o inferior a un milímetro, lo cual evita que queden cicatrices visibles en el área donante y en el área implantada y se consigue un resultado muy natural.

Y por último: el éxito. Esta técnica garantiza una tasa de supervivencia de los folículos del 98%, gracias a la mínima manipulación del folículo durante la intervención y a su óptima implantación. Entre el primer y el tercer mes después del procedimiento hay una fase de shock, donde no solo pueden caer los cabellos injertados, sino también los propios de la zona, «pero es totalmente normal y si el folículo está bien enraizado, el pelo volverá a crecer a partir del cuarto mes».

El resultado de un trasplante de cabello en DHI, uno de los mayores expertos mundiales en trasplante de cabello con más de 50 años de experiencia y presencia en 40 países con más de 75 clínicas, es definitivo. La alopecia puede continuar avanzando fuera de la zona implantada, por lo que se recomienda aplicar tratamientos complementarios para regenerar el ecosistema capilar.

¿Puedo estar empezando a padecer alopecia?

Cada día podemos llegar a perder entre 100 y 150 pelos (de los 100.000 que tenemos de media en la cabeza). Si al tirar del cabello se desprenden más de dos o tres pelos a la vez, puede que la caída esté siendo excesiva. Es entonces cuando debemos consultar a un especialista para que estudie nuestro caso y nos aconseje la mejor opción. Aunque solo hay una forma de recuperar el cabello para siempre, el trasplante, no en todos los casos es posible.

Fuente: La Vanguardia